La iniciativa, gestionada por los equipos de atención primaria y de participación social de la organización, se desplazó por diferentes sectores del Valle de Aconcagua, permitiendo acercar las campañas de vacunación contra influenza y COVID-19 a las localidades más alejadas en diferentes comunas.

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Con una ruta desarrollada en un mes y que se distribuyó en diferentes lugares del Valle de Aconcagua, el vacunatorio móvil del Servicio de Salud Aconcagua concluyó su funcionamiento en el marco de las campañas de vacunación contra el COVID-19 e influenza, cumpliendo el principal objetivo, que era acercarse a las localidades donde por diferentes razones la comunidad usuaria no había recibido su inmunización.

Así, en sectores como El Pedrero en Calle Larga, El Huape y Llanos Norte en San Esteban o Las Cabras en Santa María, el grupo de profesionales que integraron este equipo desarrolló una labor muy valorada en la comunidad, la que incluso facilitó los diferentes espacios para el desarrollo de los diferentes operativos de vacunación.

“Esta iniciativa se concretó gracias a los dirigentes comunitarios, que nos facilitaron sus sedes vecinales o que gestionaron con sus autoridades dependencias como las escuelas de diferentes localidades. Es a ellos a quienes tenemos que agradecerles por sumarse a nuestros esfuerzos y por colaborar en las acciones de salud. Esta iniciativa nos permitió administrar más de 1000 dosis en sectores muy alejados de los centros urbanos y en donde la comunidad no tiene el mejor acceso a la salud”, destacó el Encargado de Participación Social del Servicio de Salud Aconcagua, David Mally.

Por su parte, la enfermera Camila Montecinos, quien encabezó el equipo que ejecutó esta actividad, valoró la respuesta de la comunidad, destacando especialmente el cariño que las personas mostraron hacia ellos, además del orden que los mismos dirigentes pedían a los vecinos para el desarrollo de los diferentes operativos. “Estamos muy agradecidos del trato de las personas en cada uno de los lugares. Muchas veces nos encontramos con situaciones económicas, laborales o sociales que impedían que adultos mayores, adultos o jóvenes concurrieran a  vacunarse ya sea en su primera o segunda dosis y a través de esta iniciativa pudimos ampliar la cobertura, en especial en aquellas que tenían un menor porcentaje de población vacunada, por lo que estamos muy agradecidos de todos quienes a contribuyeron al éxito de esta estrategia y especialmente de los dirigentes sociales que nos ayudaron en el funcionamiento y en la difusión de estos operativos”, concluyó la profesional.

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