La instancia está conformada por los diferentes voluntariados que participan en cada uno de los establecimientos de la red y busca formalizar las relaciones entre estas organizaciones y la red asistencial
Como parte del trabajo en la humanización de la atención y buscando incorporar a todas las entidades que apoyan a los usuarios y usuarias de la red de salud en su recuperación anímica, el Servicio de Salud Aconcagua dio inicio al funcionamiento del Consejo Espiritual y Emocional, el que agrupa a diferentes organizaciones que funcionan dentro de los centros de salud de la red y tienen carácter voluntario.
En la oportunidad, se reunieron personas ligadas a voluntariados de carácter espiritual, a diferentes credos religiosos, a los pueblos originarios y también organizaciones como Clown Risas, que busca el apoyo a las personas hospitalizadas mediante la risoterapia.
“Esta instancia es muy importante para nosotros como Servicio de Salud, ya que estamos formalizando la relación entre las organizaciones de carácter voluntario y nosotros, estableciendo canales de comunicación y formal y siendo facilitadores de las diferentes acciones que hacen ya sea dentro de los establecimientos o en situaciones de vinculación con la comunidad. Estas organizaciones son en muchos casos históricas y de enorme tradición en nuestros centros de salud y por eso es que hemos impulsado este consejo, que originalmente tenía una denominación de interreligioso porque estaba apuntado a los diferentes credos, pero quisimos darle una denominación más amplia y que se sumen todos quienes quieran ser un apoyo desde lo emocional y lo espiritual para nuestros usuarios y usuarias”, destacó el referente de Humanización de la Atención del Servicio de Salud, Sociólogo David Mally.
Dentro de las actividades programadas, la asamblea acordó reunirse para generar un plan de trabajo que comenzará a ejecutarse desde el mes de Marzo, donde se buscará mejorar las diferentes coordinaciones internas en los establecimientos a fin de que estos grupos voluntarios contar con mayores facilidades para desarrollar sus labores en el interior de los hospitales y centros de salud familiar, así como formalizar también su incorporación en otras instancias de participación social dentro de los mismos recintos asistenciales, a fin de fortalecer el tejido social de organizaciones que representan a la comunidad en cada establecimiento de la red.